Hola amigos, al igual que ayer deje reflejado un testimonio sobre la Agorafobia, hoy no iba a ser menos para la Claustrofobia, para acercaros a la gente que convive con este trastorno o que ya se han curado, espero que os ayude a conocer un poco mejor esta patología.
“Cuando entré en el ascensor me dije, tranquila, no ocurrirá nada. Sin embargo, no pude evitar empezar a sentirme mal, la boca seca, el corazón a cien por hora, el sudor frío y el ahogo. No podía dejar de pensar: ¿Y si me quedo encerrada? Se acabará el aire, no puedo aguantar, tengo que salir de aquí. Por fin paró y la puerta se abrió. Entré en casa de mi amiga temblando. Poco a poco me tranquilicé. Sin embargo, cuando salí de su casa otra vez, bajé por las escaleras, no quería pasar por esa desagradable experiencia otra vez”.
Y hoy os acerco un breve documental a modo de historia, espero que os guste.
Conocí a una persona con este problema, no era capaz de ir en tren porque las ventanas son totalmente cerradas y se sentía atrapada.
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