Este padecimiento es más común en los lugares de mayor latitud, donde persisten los inviernos prolongados y que tienen pocas horas con luz diurna. El principal síntoma que presenta es la depresión mayor, en cuya transición existe el riesgo del suicidio. Su origen puede estar relacionado con la regulación de la temperatura del cuerpo y el cambio hormonal, derivado del estímulo de la glándula pineal y la consecuente variación de melatonina.
Os dejo el testimonio de una mujer que padece este trastorno:
"En invierno, ¡tengo la impresión de que me despierto cuando todavía es de noche y que regreso del trabajo cuando ya se ha hecho de noche! En resumen, no veo el día y yo sé que eso es muy malo para mi ánimo y mi salud. Por eso he invertido en un aparato de luminoterapia, como los que utilizan los habitantes de los países nórdicos. Lo utilizo 30 minutos al día, en el desayuno para conseguir el máximo de luz antes de empezar la jornada. Así combato la fatiga y la depresión que afectan generalmente a la gente en este periodo del año."
Espero que os gustara esta curiosidad, un saludo blogeros.
No conocía este trastorno pero si que es cierto que resulta deprimente pasarse el día pareciendo que es siempre noche, a mi no me gusta cuando toca el cambio de hora y te levantas siendo de noche y a las 5:30 de la tarde ya no hay nada de luz... y si le unes el frío... 0 ganas de hacer cosas o pasear!
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