Hola bloggers, se está acercando año nuevo, y como se suele decir..."año nuevo, vida nueva".
Una vez más nos
preparamos para iniciar un nuevo año llenos de esperanzas y con el compromiso de
llevar adelante unas cuantas promesas. ¿Pero realmente son compromisos esas
promesas o sencillamente son palabras que se llevará el viento? ¿Volverán a ser
solo palabras pronunciadas como una costumbre más de las actividades que
culturalmente se incluyen en la celebración de la llegada de un nuevo año?
Es
interesante hacer un alto para recapacitar sobre esas promesas que, en la
mayoría de los casos solo en unos pocos días ya ni siquiera se recordarán, o
peor aún en otros se convertirá en una nueva sensación de frustración de no
lograr los objetivos o cambios propuestos.
Muchas veces se inician las
acciones con mucha euforia, pero al pasar los días esa euforia empieza a ceder
terreno para continuar en la misma “zona de costumbre”, con las mismas rutinas,
los mismos proyectos congelados, la misma actitud y comportamiento ante
familiares y amigos, etc.
Yo me atrevo a asegurar que por ser tales
promesas parte de un ritual que acompaña la celebración, como el abrazo, el
brindis, la ingesta de las uvas y otras costumbres de acuerdo a la tradición, no
están acompañadas de la verdadera intención que requiere una decisión de cambio
y por supuesto, no representan un compromiso real sino una parte más de la
fiesta.
Aunque
parezca absurdo, el mensaje que damos a nuestro inconsciente cuando postergamos
cambios u objetivos es que tales cambios u objetivos no son verdaderamente
importantes y por ende innecesarios.
" Todo parte del subconsciente...". Pero tranquilos, no os preocupéis, no estamos locos...¿o si?
Como bien digo siempre..."la vida sin locura, no es vida"
Feliz preparación de fiestas!
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